Contar o contar-se

Empecé a escribir una novela, esa circunstanica me hizo reflexionar sobre una cuestión que en apariencia parece poco importante, contar en primera persona o en tercera. Pensar sobre esto es esencial no sólo para la historia que queremos contar sino también para el tono que deseamos que tenga nuestro texto. Dejo de la lado aquellos análisis que piensan en la utilización de las diferentes personas gramáticales en términos de más o menos subjetividad u objetividad. Lo que propongo pensar es más simple y menos teórico, si se quiere.
Siempre me cuestiono si lo que quiero contar lo estoy contando como se merece, esto es la vieja discusión forma contenido. Esta duda me surge de creer que no sólo lo que se cuenta es importante sino cómo se cuenta. Pensemos en las maravillosas páginas de En Busca del tiempo pérdido donde el narrador moja una magdalena en el té,el sabor, la rememoración, dura unas cuantas páginas, esa escena se sostiene con el tono, con la musicalidad de las palabras.
Dudas entonces, dudas y más dudas, cómo escribir y por qué. Por qué escribo lo qué escribo, todas preguntas, ninguna certeza.
Con la muerte de mi padre y de mi abuelo me vi obligada a preguntarme por qué escribo y para qué. Me enfrentó con la necesidad de escribir lo que me estaba pasando porque me di cuenta que lo único que iba a quedar de los dos era lo que yo pudiera llegar a escribir.
Me di cuenta que para construir mi relato necesitaba de los otros, de esas otras voces que narran , que me contaron cómo eran mi padre y mi abuelo.
Recuerdo que en el velatorio de mi padre me sorprendió el relato de los amigos y algunos familiares sobre aspectos de mi padre que yo desconocía. Mi padre resulto ser otro hombre además de mi padre.Ese descubrimiento fue posible a partir del relato de otros.
Yo me cuestioné (y lo sigo haciendo) si lo que estoy escribiendo se escribe en primera, si no me acorta la perspectiva. Para escribir en primera hay que ser salvaje, no hacerse concesiones, pero yo no sé si estoy en condiciones de escribir así. Es igual contar la historia de mi padre ( creo que aunque no sea la historia de mi padre, en todas mis historias subyace la historia familiar) desde un yo, o es más interesante si puedo incorporar las otras voces, y de ese modo conectarme con el dolor, por que escuchar a otros implica conectarse con otros y con lo que uno siente.
La tercera persona es más objetiva, es cierto pero también permite incluir a los otros, escucharlos.
No me convece la primera persona, siempre tuve problemas con eso, mi consigna es : para escribir en primera no hay que tener piedad de uno mismo.
Leí la Preparación de la novela y al mismo tiempo Patrimonio de Roth, (regalos de cumpleaños de dos amigas maravillosas, Mariana y Mercedes)fue casualidad, los dos hablaban de lo mismo, la novela, la muerte, escribir, leer. Una coincidencia feliz.
Un amigo escritor me dijo: Un escritor es alguien que se para a escuchar las voces.
Pd. Gracias Tama por inspirarme con tu e-mail.

Comentarios

María W. dijo…
Andrea!!!! Comparto dudas. Todo un tema: cómo contar. Me lo planteo en este momento con un intento de algo para público infantil. Y más que comparto... Hablemos, chrlemos ¿si?
Andrea Lobos dijo…
Gracias María por tus lecturas y tus comentarios. Y sí es todo un tema, no es nada sencillo elegir si primera o tercera persona.
La primera persona debe ser salvaje, sin concesiones, de lo contrario corre uno el riesgo de autocompadecerse. En la tercera entra el otro, pero hay un poco más de distancia.
Igual hay ejemplos de terceras personas que funcionan como primera. Cootzee por ejemplo en "Infancia".
La tenemos que seguir.

Entradas más populares de este blog

El río

Central Park-NYC