Mujercitas
Marisa no quiere jugar con ella. No tiene ganas, le dice. Desde hace unos días Marisa tiene novio, es el chico que vive a una cuadra, el hijo del dueño de la panadería. Se llama Julián y tiene 12 años, igual que Marisa. Ana está acostada en la cama, lee Las mujercitas se casan. No puede concentrarse. Las palabras del libro se le mezclan con la cara de Marisa diciéndole que no quiere jugar. Y las chicas que antes jugaban en la nieve con Laurie, armaban obras de teatro y pasaban las tardes en el altillo de Jo, ahora tienen problemas de personas grandes. Meg sólo piensa en casarse, lo mismo le pasa a Amy, que quiere encontrar un novio a toda costa. Jo es la única que no piensa en novios. Ana cierra el libro. Lo abre otra vez. Jo decide irse a Nueva York. Le dice a la madre que necesita alejarse de la familia para hacer su propia vida. Necesita saber qué le pasa estando lejos de sus hermanas y de su padres. La madre llora, pero la deja ir. Jo llega a Nueva York un día...